Qué es el «síndrome del impostor»?
El síndrome del impostor define una experiencia interna que te hace sentir que no eres tan competente como creen los demás. Esto puede convertirnos en ultra perfeccionistas hasta el punto de que nunca nos sintamos expertos en nada, incluso cuando pasamos años y años perfeccionándonos. Si alguien piensa que somos competentes, podemos sentir que les estamos «engañando».
Los aspectos de Saturno a nuestros planetas personales
Todos los planetas describen una parte de nuestra conciencia. En el caso de Saturno, este planeta simboliza la forma en que “construimos” nuestro Ser. Con Saturno encontramos lecciones y pruebas experienciales que nos hacen madurar. Como planeta del karma, con Saturno aprendemos sobre las causas y consecuencias de nuestras acciones. Por analogía, donde Saturno se encuentra en nuestra carta astral es donde experimentamos la «realidad».
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En la vida cotidiana, Saturno se proyecta en las figuras de autoridad: padres, maestros, instituciones, jefes, etc. Cómo los experimentamos? Eso lo vemos en los aspectos que Saturno hace a nuestros planetas personales: Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte.
Aspecto de Saturno en sextil y trígono
Cuando los aspectos de Saturno a planetas personales forman ángulos de 60 grados (llamados «sextiles») o ángulos de 120 grados (llamados «trinos»), nos muestran experiencias que están en armonía con la expresión natural de los planetas en aspecto. No están en conflicto, sino que se ayudan mutuamente y construyen una experiencia fácil de la realidad. Nos sentimos cómodos con lo que se presenta en nuestras vidas y podemos pasar las pruebas de Saturno sin demasiados problemas.
Aspecto de Saturno en conjunción, cuadratura y oposición
Cuando los aspectos de Saturno con los planetas personales forman una conjunción (dos planetas a una distancia de 0 a 10 grados entre sí), una cuadratura (ángulo de 45 grados) o en oposición (ángulo de 180 grados), nos encontramos con situaciones o experiencias que son desafiantes y que se manifiestan como dificultades y frustraciones.
Desde el punto de vista del Alma, estas experiencias son necesarias para despertar ciertas potencialidades, las cuales podemos ver en la carta natal. Por supuesto, esto no significa que las viviremos felices. Sin embargo, en mi opinión, significa que nuestro Ser tiene la capacidad (y la necesidad) de atravesarlos para lograr lo que vino a hacer en esta vida.
Es importante saber que, aunque vemos la energía de Saturno manifestándose en nuestras experiencias externas, reflejan aspectos de nuestra realidad interna. Por eso, cada vez que nos encontramos con situaciones que parecen repetirse como patrones y que son discordantes, es una buena idea preguntarnos «¿qué me está mostrando esta situación sobre mí?». La experiencia de todos es única. Se necesita auto-observación, compasión y, especialmente cuando se trata de Saturno, sabiduría… algo que vamos adquiriendo a través del tiempo.
Saturno y el Síndrome del Impostor
Una de las consecuencias que pueden crear las conjunciones, las cuadraturas y las oposiciones de Saturno, es el síndrome del impostor. Con Saturno formando estos aspectos a nuestros planetas personales, es posible que hayamos experimentado a las figuras de autoridad en nuestras vidas como seres «implacables» que nunca se muestran satisfechos con nuestra autoexpresión (Sol), nuestro lenguaje emocional (Luna), nuestra comunicación o ideas (Mercurio), nuestras preferencias y valores personales (Venus) y nuestro accionar (Marte). De alguna manera u otra, la proyección que hemos hecho de las figuras saturninas de nuestra vida nos ha convencido de que somos incompetentes en el ámbito representado por el planeta personal. Como consecuencia, es posible que nos hayamos convertido en individuos ultra-exigentes con nosotros mismos y que nos esforcemos de forma descomunal para lograr ser reconocidos (Sol), ser nutridos y aceptados emocionalmente (Luna), ser escuchados (Mercurio), ser amados o valorados (Venus) o poder actuar libremente (Marte).
Sentiremos que alguien nos juzga de forma restrictiva, despertando -y haciendo más consciente- un sentimiento de inadecuación que ha estado siempre presente dentro nuestro. Tanto los aspectos discordantes de Saturno como todo lo que nos muestra la carta natal es un pantallazo de la geometría esencial de nuestro ser. Las impresiones que recibimos del exterior tienen más que ver con las características de nuestra Luna que con la realidad en sí misma. Cada uno va a vivirlo de forma diferente. Lo que se mantiene constante es el energía arquetípica. Esto quiere decir que si, por ejemplo, es el Sol el que está en cuadratura con Saturno, dentro nuestro existe un conflicto entre la responsabilidad (el arquetipo de Saturno)y la expresión de nuestro Ser (el arquetipo del Sol). Luego, cualquier individuo que represente a una «autoridad», nos hará sentir este conflicto interno, que, en primera instancia, lo vemos venir desde el exterior. Esto es lo que se llama «proyección». Es por esta razón que observar las experiencias que vivimos desde un punto neutral nos ayuda a descubrir lo que ocurre en nuestro mundo interno. Es posible que el síndrome del impostor sucede cuando nuestra alma quiere aprender a tener real confianza en sí misma. Y Saturno nos hará pasar por las pruebas necesarias hasta que lo consigamos.
Como he dicho anteriormente, la carta natal nos muestra nuestro «tema de vida». En ella vemos los desafíos y el potencial que poseemos. Los aspectos discordantes son activadores de crecimiento, algo que generalmente veo en individuos con una gran capacidad de resiliencia… algo fundamental para lograr grandes objetivos. Y este es el reino de Saturno.
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