Las cuadraturas se forman cuando dos o más planetas están a una distancia de 45 grados entre ellos. Este aspecto muestra tensiones internas entre dos partes de nuestro ser que se encuentran -generalmente- en signos poco compatibles. A pesar de ser consideradas «negativos», en realidad estos son aspectos creativos, los cuales traen a la consciencia necesidades personales que buscan ser satisfechas las cuadraturas nos sacan de la inercia y abren la posibilidad de autoconocimiento a través de contrastes: aprendemos a saber quienes somos experimentando lo que no somos.
La Luna cuadratura Venus habla de contrastes entre lo que nos hace sentir seguros y lo que nos da placer.
Mini-Lecturas Semanales: Descubre el tránsito planetario que influye en tu semana. Un mensaje personal, cada lunes, directo a tu email.
La Luna representa nuestro mundo emocional, lo que nos produce confort, nuestro inconsciente, nuestras necesidades emocionales y todo aquello que nos nutre. Venus describe nuestro lenguaje afectivo, nuestras preferencias y lo que valoramos. Cuando estos dos planetas se hallan en cuadratura nuestro lenguaje afectivo atrae hacia nosotros aquello que no necesariamente nos produce confort.
Por ejemplo, cuando tenemos a Luna en Leo cuadratura Venus en Escorpio, nos sentimos atraídos (Venus) hacia lo oculto, lo misterioso, la investigación y hasta lo sórdido. La Luna en Leo es cálida, alegre, optimista, luminosa. La tensión entre estos dos planetas se produce cuando atraemos situaciones de la naturaleza de Escorpio… donde encontramos placer en sumergirnos en las verdades más crudas de la vida, lo oscuro y lo oculto, lo tabú. La reacción emocional de una luna leonina que naturalmente prefiere calor y alegría puede ser de rechazo instantáneo. Todas las cuadraturas se manifiestan más o menos de la misma manera, salvo aquellas que se encuentran en signos de elementos compatibles (Agua + Tierra o Fuego + Aire). Estas cuadraturas ocurren cuando los planetas se encuentran al comienzo o al final de un signo. En este caso, la fricción es menos pronunciada y si bien muestran cierta insatisfacción, aún es tolerable.
Lo que las cuadraturas nos enseñan es a reconocer nuestra individualidad y a buscar maneras de resolver situaciones conflictivas. En el caso de la Luna y Venus, nuestra alma busca aprender a encontrar la seguridad emocional en placeres que no son familiares. Por ejemplo, cuando la cuadratura se da entre la Luna en Tauro y Venus en Acuario, aquí tenemos una gran necesidad de calma, de tranquilidad y de contacto físico al mismo tiempo que nos gustan las sorpresas, lo inesperado, lo disruptivo y lo intelectual. Cuando nos dejamos guiar por nuestras necesidades emocionales (Luna), nos quedamos sin poder gozar de lo que verdaderamente nos gusta. O si seguimos aquello que nos da placer, nos sentimos inseguros y hasta desprotegidos. La cuadratura no implica eterna insatisfacción, sino la necesidad un trabajo de autoconocimiento profundo en donde, a través de experiencias conflictivas, vamos aprendiendo a discernir qué es lo que verdaderamente nos dá placer, al tiempo que nos vamos liberando de apegos emocionales, los cuales, aunque nos brindan seguridad, nos mantienen en la inercia.
Podemos decir que las cuadraturas actúan como un escultor que nunca está conforme y que, a través del tiempo, van refinando su obra hasta lograr una pieza única y coherente.