Entendiendo a Plutón
«Soy Plutón, el planeta de la transformación profunda y el poder oculto. En la Casa 8, mi influencia se enfoca en la transformación, el misterio y los recursos compartidos. Te desafío a explorar a fondo los aspectos más oscuros de la vida, incluyendo la muerte, la sexualidad y la transformación personal. Mi presencia aquí puede indicar transformaciones significativas en tu vida a través de herencias, legados y experiencias de crisis. A través de mí, aprenderás a enfrentar los misterios de la existencia y a utilizar el poder de la autotransformación para renacer en momentos de crisis. También te insto a confrontar tus miedos relacionados con la muerte y la profundidad emocional. En última instancia, descubrirás que el poder reside en la renovación y en la sabiduría adquirida a través de la transformación.»
Allí donde se encuentra Plutón viviremos un proceso de transformación tan involuntario como el que ocurre a la oruga durante su transmutación a mariposa. La posición de Plutón en la carta natal indica el camino evolutivo personal por el que pasamos todos. Si bien muchas veces no lo tenemos consciente, este proceso se ha activado desde el primer día de nuestro nacimiento. Muchas veces a la energía de Plutón la podemos encontrar en el control que ejercemos sobre ciertos aspectos de nuestro comportamiento. No es que Plutón significa control… Más bien es nuestro miedo a permitir a la energía plutoniana fluir dentro nuestro lo que activa el deseo de controlarla.
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Plutón simplemente despierta memorias ancestrales y hasta álmicas provenientes de pasados remotos y que se encuentran almacenadas en nuestro ADN físico y cósmico. Estas memorias condicionan la vida presente y necesitan ser liberadas para a su vez, recuperar otros tesoros escondidos que hemos heredado de nuestros ancestros.
Para poder fluir junto con Plutón, necesitamos atrevernos a sentir los impulsos del inconsciente, darles consciencia. Esto no es fácil porque no es algo que se nos enseñe en la escuela. De hecho, muchas de las pulsiones que vienen de nuestro ser instintivo se transforman en compulsiones porque, ya sea por razones culturales y demás, las tratamos de mantener ocultas, incluso de nosotros mismos.
El secreto con Plutón es no actuar sobre lo que despierta, sino sentirlo, observarlo. Plutón trae a la superficie energías que han sido guardadas por generaciones y que ahora están listas para ser transformadas. Sin embargo, siguen siendo «desconocidas» para nosotros, y en muchos casos, nos aterran. Por ello, en general las reprimimos por largo tiempo hasta que se abren paso generando algún tipo de crisis.
Plutón es un planeta muy lento. Tarda 248 años en dar la vuelta al zodiaco y se mantiene en cada signo entre 12 y 31 años. Si bien el proceso de transformación es individual, la forma en que lo atravesamos es compartida por un gran número de personas. Básicamente, no estamos solos frente a la fuerza del subconsciente. Los individuos de una misma generación plutoniana desarrollan algo en común, lo que permite vivir juntos el proceso evolutivo mientras cada uno lo experimenta desde su perspectiva única.
La casa astrológica en donde se encuentra Plutón nos muestra el área particular de existencia en donde vivimos la transformación. El signo nos muestra cómo es que la abordamos.
La diferencia entre la posición natal y el tránsito de Plutón por las casas, es que la posición natal indica el área de vida en donde se enfocará nuestra evolución, mientras que el tránsito de Plutón activa procesos temporarios que asisten a nuestro camino evolutivo.
Cuando Plutón se encuentra en la Casa 8
La misteriosa Casa 8 es del reino de Plutón. La Casa 8 – al igual que Escorpio – simboliza la transformación del Ser a causa de la fusión con el «afuera». La Casa 8 es una Casa de Agua, al igual que la Casa 4 y la Casa 12. Las casas de Agua no se expresan hacia el exterior, sino que más bien se viven internamente. Mientras la Casa 4 describe nuestro mundo interno, la Casa 8 nos muestra la manera en que el mundo externo nos transforma cuando interactuamos con él.
Cuando Plutón se encuentra en la Casa 8, nuestro camino evolutivo nos lleva a transformar la manera en que nos afectan las energías externas. Donde más lo vamos a notar es dentro de las relaciones íntimas, las cuales nos activan comportamientos que posiblemente no tengamos conscientes. Por ejemplo, se despierta un deseo casi desesperado de fusión con el otro que parece nunca poder alcanzarse. Y esto nos lleva a buscar intensidades de todo tipo, con el fin de finalmente convertirse en UNO con el otro, hasta que un día descubrimos que lo que nos separa del otro es nuestro miedo a dejarlos entrar dentro de nuestro campo emocional.
La compulsión típicamente plutoniana puede sentirse como un ansia desesperada que se apodera de nuestro cuerpo y a la cual no podemos resistir. La forma en que lidiemos con ella está fuertemente ligada a nuestra capacidad de permitir que el mundo nos transforme. Nos sentimos fuertemente atraidos a todo lo que es tabú, prohibido. Nos obsesiona la muerte, la descomposición, los secretos.
Quizás lo más importante para esta posición es concientizar que estas energías que se despiertan de forma tan arrebatadora no vienen del afuera sino que están dentro nuestro. Puede que nos sintamos perdidamente atraídos hacia alguien que no necesariamente es lo mejor para nosotros y sin embargo, no podamos resistir el deseo. Esta atracción puede ser en realidad la catalista de una energía interna fuertemente reprimida a la que no podemos acceder solos.
Como he mencionado antes, la Casa 8 y Escorpio, pertenecen al reino del Agua… una energía naturalmente receptiva. Sin en vez de actuar desde el deseo, permitimos que la energía nos recorra interiormente, podemos liberar un caudal de memorias ancestrales, e incluso álmicas, que buscan transformarse. Aunque suene fácil decirlo, este proceso puede despertar un estrés insostenible para aquellos con esta posición, ya que podemos sentirnos poseídos por algo completamente desconocido. Sin embargo, lo que surja es verdaderamente una parte de nosotros mismos que busca salir a la luz.
Si permitimos que la metamorfosis ocurra de una manera receptiva, sin reprimirla… sin querer controlarla y sin temer al ser amoral y crudo que sale de nuestro propio subconsciente, y lo miramos cara a cara, veremos que eso que creemos es nuestra bestia interior es en realidad el Rey del Inframundo queriéndonos mostrar riquezas internas que nunca hubiéramos sospechado tener.
Me encanto!
Muchas gracias ❤️
Me alegra que te haya sido de ayuda.